- El informe destaca materiales que están revolucionando el diseño global: desde plásticos reciclados tipo PET utilizados en tapicería y suelos, hasta biopolímeros derivados del maíz, la yuca y la caña de azúcar
Colombia, junio de 2025 – En un planeta cada vez más afectado por la crisis climática, el diseño ya no puede permitirse el lujo de ser neutro. El informe Materiales en demanda y sostenibilidad: ¿qué está pasando? plantea un giro de timón en la manera en que concebimos el diseño de interiores: pasar de la estética al impacto, del uso lineal al ciclo continuo, del confort inmediato al bienestar regenerativo.
La propuesta parte de una premisa rotunda: la sostenibilidad no es una tendencia, es una responsabilidad estructural. La economía circular basada en maximizar los recursos y minimizar los residuos se convierte así en una herramienta estratégica para repensar cada decisión de diseño, desde la elección de materiales hasta la manera en que vivimos y habitamos los espacios. “Diseñar mejor no significa empezar de cero, sino optimizar lo que ya existe para generar valor ambiental y social a largo plazo”, señala Pepa Casado, Cofundadora de future-A y docente responsable de investigación de tendencias de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona,
Colombia: creatividad en tiempos de transformación
En el país, esta conversación comienza a tomar fuerza. Según el Observatorio de Economía Circular del DNP, Colombia produce más de 12 millones de toneladas de residuos sólidos al año, de los cuales apenas el 17% se aprovecha. Sin embargo, iniciativas en diseño, arquitectura y construcción están cambiando esta realidad desde lo local. Proyectos como CICLO (Bogotá), que transforma residuos plásticos en mobiliario urbano y educativo, y empresas como Muta, que desarrolla piezas de interiorismo con materiales reciclados, son evidencia de que el diseño puede ser circular, funcional y bello al mismo tiempo. La autora del informe explica que, “un proceso complejo exige un profundo compromiso para con el medioambiente y una convicción por crear soluciones que tiendan puentes entre el presente y el futuro”, ratifica.
Además, el auge de los biopolímeros, fibras vegetales y plásticos reciclados, mencionados en el informe, encuentra eco en programas como EcoMateriales de Minvivienda, que promueve materiales sostenibles para el sector de la vivienda social.
Del desecho al deseo: materiales que cuentan nuevas historias
El informe destaca materiales que están revolucionando el diseño global: desde plásticos reciclados tipo PET utilizados en tapicería y suelos, hasta biopolímeros derivados del maíz, la yuca y la caña de azúcar, con aplicaciones tanto en mobiliario como en impresión 3D. También se mencionan compuestos más saludables como el MDF libre de formaldehído, pigmentado con agua y de bajas emisiones, como el Fibracolour de Finsa.
Estos materiales no solo responden a criterios ecológicos, sino que impulsan una estética renovada: imperfecciones visibles, acabados artesanales, paletas de origen natural. Diseños que no ocultan su origen, sino que lo celebran. También Casado señala que “La economía circular, un modelo que busca reducir el desperdicio y maximizar el aprovechamiento de los recursos, emerge como una estrategia clave para redefinir la manera en que concebimos y construimos los espacios que habitamos”, señala.
Arquitectura regenerativa: del edificio al ecosistema
La sostenibilidad ya no se limita a lo que se ve. El enfoque regenerativo —presente en iniciativas como La Comunitat Habitacional o Mo de Movimiento— propone construir espacios que devuelvan más de lo que consumen, minimizando huella ecológica, reutilizando materiales y priorizando el bienestar colectivo.
Esto resuena con la visión de futuro de muchos diseñadores colombianos, que ven en la arquitectura y el interiorismo no solo un lugar para habitar, sino un espacio que educa, transforma y regenera.
Una nueva ética del diseño
Los datos globales respaldan esta dirección:
- El 85% de los consumidores afirma experimentar los efectos del cambio climático en su vida diaria (PwC).
- El 52% siente una conexión emocional con marcas sostenibles (Capgemini).
- El 30% se guía por la “lealtad ética”, permaneciendo fiel a aquellas empresas alineadas con sus valores (Emarsys).
Esto plantea un desafío y una oportunidad: no basta con parecer sostenible, hay que serlo de raíz. El greenwashing ya no convence. El diseño, como lenguaje cultural, debe ser honesto, regenerativo y emocionalmente coherente.
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